viernes, 1 de febrero de 2013

José Calderón, el altruismo y el centro automovilístico

Roberto Tamayo





Si alguien se anima a desgastar su faltriquera yendo al cine, sí ese arte que cada día parece más un elemento de lujo, y opta por la película El Capital, dirigida por Constantin Costa-Garvas, presenciará una radiografía de la pavorosa insensibilidad con la que el protagonista, Gad Elmaleh, preside el mayor banco francés. Como dicen los estadounidenses, it´s all about business. En la NBA nunca corren buenos tiempos para la lírica. Forma parte de las desventajas del libre mercado. José Calderón ha experimentado esa crudeza en primera persona. Tras 8 años en Toronto, donde era el capitán, el español tiene que hacer las maletas dirección a Detroit. El base aterriza en una franquicia temible a finales de los 80 pero destartalada desde que en 2004 consiguieran su tercer anillo. Es decir, como bien dice el refranero castellano, salir de Málaga para meterse en Malagón.


La longevidad de los españoles en sus equipos contrasta con la ligereza con la que cambia de camiseta en la NBA. El traspaso de Calderón había sido un tema recurrente en el negocio de la rumorología durante varias temporadas. El base, cuyo altruismo es insólito en una liga con sobreabundancia de solitas, ha demostrado que con él en modo capitán general, un equipo mediocre ha sido capaz de ser competitivo incluso contra los aristócratas de la liga. Una hora antes de ser traspasado y ya de camino al pabellón, Calderón había tuiteado: "A ganar esta noche!" Y según bajó del autobús, se volvió a subir para dirigirse al hotel. Cosas de la NBA, fábrica de sueños y desventuras. El español no ha tenido suerte ni en el equipo ni en la ciudad. Dudo de que Detroit, centro tradicional del sector automovilístico, se encuentre entre los 100 destinos más solicitados del mundo. El base abandonó con ojos vidriosos la única ciudad de Norteamérica en la que ha vivido.


A nivel deportivo, cambia un equipo desnortado pero con ciertos visos de progreso por otro que también adolece de rumbo. Algunos medios barajaban la posibilidad de que Detroit hiciera un buyout, palabro que consiste en que la franquicia pague a Calderón los cinco millones de dólares que le restan por cobrar este curso y le deje libre. Ese escenario sería ideal para el español, que podría negociar un nuevo contrato con otro equipo.

Pero sospecho que esa opción no fructificará. La web de los Detroit Pistons dedica tres noticias al fichaje de Calderón, incluido un monográfico de dos minutos en forma de video. Esta maquinaria mediática unida a las declaraciones del base español en las que revela que Joe Dumars, leyenda de los Pistons y actual presidente de Operaciones, le prometió ser titular indican que Calderón permanecerá en Detroit hasta final de temporada. Los Pistons están lejos de playoffs, aunque matemáticamente sea aún posible alcanzarlos. Un nuevo reto para un hombre acostumbrado a ser el adalid de la eficiencia. Sólo tres jugadores han repartido más asistencias por minuto que Calderón desde 2005, lo que supone una carta de presentación imponente.


La faceta virtuosa del español para sacar la escuadra y el cartabón le sitúa en el punto de mira de numerosos equipos con aspiraciones reales de pelear por objetivos de tronío. Su paso por Detroit será lo efímero que él quiera. Cuando termine esta temporada, Calderón podrá venderse al mejor postor ya que acaba contrato. El reto de meter a los Pistons entre los ocho mejores de la Conferencia Este es un reto de dimensiones mastodónticas. Más allá de cómo clausure la temporada, el base debería priorizar el  aspecto deportivo de cara a su nuevo contrato. Su perfil encaja con el de un equipo que tenga un interior dominante con el que pueda asociarse y en el que no haya una sobreabundancia de exteriores que quieran ser héroes en cada jugada. Dallas o Indiana serían buenos destinos para él.


1 comentario:

  1. Parece que Calderón no está suficientemente valorado en la NBA a pesar de ser un exterior magnífico. Le diría: "Diviértete en los partidos que quedan, ya tienes suficientes méritos"

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